La fe un susurro suave
- Avivarte COSTA RICA
- 28 feb
- 2 Min. de lectura

Ahora bien, la fe es tener confianza en lo que esperamos, es tener certeza de lo que no vemos. (Hebreos 11:1)
El miedo tiene una voz fuerte y persistente, una que busca paralizarnos con dudas y pensamientos como “no puedes” o “¿y si fallas?”. Es como un eco constante, implacable, que intenta convencernos de detenernos, de renunciar antes siquiera de intentar. El miedo juega con nuestras emociones, exagera los riesgos y minimiza nuestras capacidades, tratando de robarnos la oportunidad de avanzar hacia lo que Dios tiene preparado para nosotros.
Sin embargo, la fe opera de manera completamente diferente. No necesita alzar la voz ni imponerse, porque está arraigada en la verdad. Es un susurro suave, pero inquebrantable, que habla directo al corazón y nos recuerda que no estamos solos, que somos llamados con un propósito, y que hay una fuerza divina más grande que nuestro temor, sosteniéndonos en cada paso. La fe no busca distraerte ni abrumarte, sino guiarte con calma hacia el cumplimiento de lo que Dios ha prometido.
Cuando el miedo grita, intenta nublar tu mente y corazón con su intensidad, pero la fe te invita a silenciar ese ruido y a escuchar con confianza. La fe no niega que el camino puede ser incierto o desafiante; más bien, te impulsa a caminar aun cuando no ves todo el panorama, confiando en que cada paso está sostenido por la fidelidad de Dios. La fe es el puente que te lleva desde la incertidumbre hasta la esperanza, desde la parálisis hasta la acción, y desde la duda hasta la victoria.
La clave está en aprender a apagar el ruido del miedo. ¿Cómo lo hacemos? Alimentando nuestra fe con la Palabra de Dios, orando con honestidad y descansando en Su presencia. Cuando nos llenamos de la verdad de Dios, el miedo pierde su poder, y somos fortalecidos con paz y valentía. Recordemos que el miedo nunca viene de Dios, porque Su Espíritu nos da poder, amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7).
Dios va delante de ti, despejando el camino, incluso cuando no puedes verlo. Él no te llama a enfrentar tus desafíos con tus propias fuerzas, sino a depender de Él. Su promesa es clara: “El Señor va delante de ti; no temas ni te desalientes” (Deuteronomio 31:8). Estas palabras no solo son un recordatorio, sino una garantía de que, pase lo que pase, no estás solo.
Así que, cuando el miedo grita, elige escuchar la voz de la fe. Hazlo intencionalmente. Recuérdate a ti mismo quién eres en Cristo, qué dice Su Palabra sobre tu vida y quién es Él: tu refugio, tu fuerza, tu guía. Porque cuando caminamos en fe, no solo superas el miedo, sino que también descubres la valentía y el propósito que Dios ha puesto en ti.
No permitas que el miedo te robe lo que Dios ha preparado para ti. Escucha la fe, avanza con valentía y confía en que cada paso, por pequeño que parezca, te acerca más al cumplimiento de Su plan perfecto para tu vida. 💙
Amén 🙏 Gracias por esa palabra 🙏 el miedo nos paraliza pero sino avanzamos no crecemos 🙏 Dios no ha dado un poder de amor y dominó propio 🙏